Broche de rana en oro amarillo de 18 quilates sorprende por la fuerza de su diseño y la delicadeza de sus detalles. Los ojos, engastados con zafiros tallados en facetas, irradian un azul profundo que contrasta con el brillo cálido del oro. La superficie de la piel se ha trabajado con esmaltes opalescentes al fuego, una técnica que aporta reflejos cambiantes y una luminosidad única. Inspirada en la naturaleza tropical, la figura de la rana evoca transformación, vitalidad y armonía. Con una longitud de 36 mm, esta pieza resulta llamativa sin perder elegancia, perfecta para destacar en ocasiones especiales o enriquecer una colección de alta joyería. Cada broche refleja un trabajo artesanal minucioso, concebido para transmitir tanto belleza como carácter propio.

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